La dependencia emocional es un fenómeno que puede manifestarse en cualquier tipo de relación de pareja, incluyendo aquellas dentro del colectivo LGBTQIA+.
¿Es común encontrar vínculos de dependencia emocional en estas relaciones? ¿Existen ciertos tipos de parejas dentro del colectivo que sean más propensas a desarrollar estos vínculos?
En Este artículo, como Psiquiatra especialista en acompañamiento del colectivo LGBTQIA+, respondo a estas y otras preguntas, analizando las características específicas que presentan los vínculos de dependencia emocional en parejas LGBTQIA+.
¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia emocional se manifiesta como la incapacidad de alejarse de una relación que no funciona. Incluso cuando la situación es claramente negativa, con peleas constantes y maltrato, la idea de vivir sin la otra persona resulta insoportable.
Esta dependencia puede ser unidireccional o bidireccional. Aunque es más común en parejas, también puede darse en otros contextos, como entre madre e hija, hermanas, amistades o en relaciones laborales. Se caracteriza por una imposibilidad total de desvincularse, depositando todo tu ser en la otra persona y responsabilizándola de tu bienestar y autoestima.
La dependencia emocional no siempre está ligada a la violencia o al maltrato. Sin embargo, genera malestar y confusión. Se crean expectativas que no se pueden cumplir, y aunque no haya una relación dañina, no puedes dejar de pensar en la otra persona.
Podemos sufrir por los problemas de la otra persona, pero no debería causarte un daño que podría evitarse. Si alguien puede ayudarte, quererte, apreciarte y tratarte con cariño, pero no lo hace, entonces no es una relación sana.
¿Existe dependencia emocional en el colectivo LGBTQIA+?
Sí, como he comentado antes, puede ocurrir en cualquier tipo de pareja, incluso con otras personas cercanas. Pero, ¿se da en mayor o menor grado en comparación con las relaciones cisheteronormativas?
Hay una parte del colectivo en el que el grado de dependencia es mayor.
Las parejas sáficas, es decir, aquellas formadas por personas del espectro femenino (mujeres o personas no binarias que se identifican en dicho espectro), presentan una mayor dependencia emocional en pareja. Los motivos pueden ser:
- El impacto de los mitos del amor romántico.
- La desigualdad en los roles afectivos con los que hemos crecido.
- El rechazo de la sociedad hacia la comunidad LGBTQIA+, que lleva a las personas del colectivo a realizar más conductas de riesgo y a tolerar más comportamientos abusivos.
- La baja autoestima, común en muchas personas LGTB debido a la discriminación.
- Problemas relacionados con la salud mental, como la ansiedad.
Consecuencias de la dependencia emocional
Este tipo de relación se caracteriza por una sensación predominante de unión y subordinación a la pareja, lo que genera una serie de consecuencias emocionales negativas:
- Síntomas de ansiedad y depresión.
- Pensamientos obsesivos.
- Alteraciones del sueño.
- Relaciones de pareja desequilibradas.
- Abandono de relaciones sociales y actividades de ocio.
En este contexto, la dependencia emocional implica emociones, pensamientos, motivaciones y comportamientos orientados a buscar la proximidad del otro para obtener sentimientos de satisfacción, seguridad y reconocimiento. Además, puede estar acompañada de creencias distorsionadas sobre el amor, las relaciones, la soledad, la separación y sobre uno mismo.
La dependencia emocional también se asocia con otras situaciones patológicas, como el consumo de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria o ser víctima de maltrato físico o psicológico.
Qué hacer cuando tienes dependencia emocional
Si todo esto te resuena y crees que tienes algún vínculo de dependencia emocional, ¿qué puedes hacer?
Primero, trata de identificar qué sucede en esa relación. ¿Esa persona te hace sentir bien cuando estás con ella? ¿O es una fuente de malestar?
Si has identificado ese malestar, piensa en si puedes comunicárselo a esa persona para mejorar la situación. Si esa persona no está dispuesta a conversar sobre el dolor que te causa, e incluso te hace sentir más culpable por cómo te sientes, es necesario que revises qué está sucediendo y si tiene conductas nocivas.
El amor y la amistad no deben hacerte daño, no deben causar sufrimiento. Sin embargo, si hemos normalizado vínculos basados en la dependencia emocional, puede ser difícil diferenciar un vínculo nocivo de uno sano.
Darte cuenta es fundamental, es el punto de inflexión. Cuando reconoces que tienes una dependencia emocional, pueden aparecer la tristeza ante el problema, pero también la esperanza de entender de qué se trata, por qué te pasa y saber que hay herramientas y profesionales, como yo, que te podemos ayudar.
Cómo evitar la dependencia emocional LGBTQIA+
La dependencia emocional está estrechamente relacionada con una baja autoestima y una imagen pobre de ti misma y de tus capacidades. Por lo tanto, fortalecer y trabajar en ti misma y sanar tu autoestima es un factor clave para protegerte de la dependencia emocional.
Es importante diferenciar entre autoconcepto y autoestima. El autoconcepto es lo que crees sobre tus habilidades, mientras que la autoestima es el amor que te tienes a ti misma. Ambos conceptos son fundamentales para evitar la dependencia emocional.
Trabajar en tu autoconcepto te ayudará a ser consciente de todas las cosas buenas que eres y tienes en tu vida, recordándote que no todo se reduce a una sola persona. Por otro lado, trabajar en tu autoestima te permitirá quererte más y no buscar validación externa a cualquier precio, ya que podrás proporcionarte ese bienestar a ti misma.
Dra. García Bernal – Psiquiatra en Sevilla y Online
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